jueves, enero 26, 2006

(Medicina es)

Amo escuchar música, y a veces, intento crearla.

5 Canciones instrumentales: (canto horrible, no quiero herir oídos ajenos)

Paz (2003)
Clitztch (2005)
Jay Jay Okocha (2005)
Composición Cósmica (2006)
Ritos de Pájaros (2006)


[Para descargar los archivos, hay que esperar 45 segundos a que aparezca el link de descarga, que se esconderá detrás de una ventanita de publicidad que hay que cerrar. Después de dicha maniobra, ya se puede bajar el mp3.]

domingo, enero 08, 2006

Afortunadamente, las ruedas giran

De vez en cuando, todos nos hacemos internamente ese interrogante. Llega a nuestra conciencia sin pedir permiso y se instala ahí por un rato. No importa donde estemos; generalmente ocurre en momentos de soledad. "¿Qué es la vida?", me pregunté hoy mientras tenía la cabeza apoyada en el 570 (el colectivo más barato que conozco, ya que todos sus viajes valen 75 centavos) y miraba hacia afuera, sin fijar mi visión en ningún punto exacto.
Estoy convencido que cada vez que abordamos esa cuestión trascendental de la existencia tenemos una conclusión diferente sobre ella. Quería enfrentrarme rápido con el teclado para plasmar todos los pensamientos que emergían con la mayor precisión posible, pero no pude hacerlo porque siempre hay obstáculos humanos que lo impiden. Las ideas son indomables, no hay ninguna mente capaz de retenerlas en su jaula cuando deciden huír. Simplemente lo hacen y nunca más regresan. O sí, pero no cuando uno suplica por ellas.
Ahora sí, después de dos párrafos introductorios (in)necesariamente incluídos, voy a contar qué es la vida, según mis reflexiones vespertinas. Creo que vivir está plagado de algunos sucesos inesperados mientras uno intenta controlar lo incontrolable. Y ahora es el momento en que la inefabilidad de vivir se apodera de mis neuronas y no consigo expresar todo con precisión, pero estoy seguro que esto es parte del asunto. La vida no está cerrada para interpretaciones absolutas, por eso son muy valiosas las pequeñas descripciones que nos invaden cuando menos lo esperamos, y que después de unos instantes escondemos en el rincón del subconsciente. Me parece que me estoy encriptando demasiado.
Voy a ejemplificar esto para que sea más ilustrativo. Uno camina por la calle, un día cualquiera, con toda la normalidad redundante que acostumbra sentir, cuando sucede algo sorpresivo. Ese es el momento en el cual uno siente que tiene la vida controlada, la cual de pronto se descontrola con la aparición de un hecho llamativo, y actua acorde a su propia inherencia. ¿Y qué fue lo sorpresivo que pasó? ¡8 ejemplos diferentes, ya!
  • Una persona te miró y cambió tu vida para siempre. A la semana se casaron.
  • Una persona te miró y cambió tu vida para siempre. Te raptó, te violó y te descuartizó.
  • Te encontraste un billete de 100 pesos en la vereda.
  • Perdiste 100 pesos en la calle.
  • Viste una estrella fugaz.
  • Se te cayó un meteorito en la cabeza y te desnucó.
  • Te regaló una flor un desconocido adorable.
  • Te regaló una flor desagradable un desconocido desagradable.

Acá hay cuatro ejemplos, no demasiado imaginativos, de cosas inesperadas que podrían sucedernos. Una mitad es perjudicial y la otra es favorable, para los ojos de un ser humano común. Lo malo es que nadie sabe que este presunto equilibrio entre el "bien" y el "mal".

Final abrupto: Estoy desconcentrado, las personas que me rodean lo provocan, y jamás volveré a captar la sensación originaria de estas palabras, porque ahora no estoy sentado en el 570, ni caminando por Onsari. Tal vez si uno pudiese reunir todas las pequeñas respuestas que uno se da sobre qué es vivir, podríamos llegar a aprender algo más acerca de este extraño universo. (Recién le robé algo a Douglas Coupland, shhhh!) Pero nadie se tomaría los recaudos necesarios para recopilar esa información. Lo último que me queda decir es que la vida es como una película bien complicada, llena de misterio, drama, comedia, terror, y todos los géneros que existan. La dispersión se aumenta y las molestias externas aumentan a la velocidad de la música. Ah, decía que la vida es como una película porque hay que llegar hasta el final para entenderla toda. Y si eso no alcanza, hay que volver a verla. El problema es que uno no sabe si hay cines que la repitan. Lo bueno dura poco, pero lo malo también. Sólo quedan las nubes. Estoy instatisfecho. Esperaba más de mí en esta descripción. Todo esto es inesperado. Cuando caminaba por Onsari imaginaba otra cosa. Ojalá que mañana, cuando saque mi bici a la calle y trate de aprender a frenar bien contrapedal, mientras viajo a un rumbo desconocido, vea una estrella fugaz. Me pondría muy feliz.

[¿Cómo mierda es posible que antes de publicar esta ensalada de pensamientos rejuntados, escuche que desde el televisor de mi casa proviene la música de La Familia Ingalls? Soy un tarado, era de Volver al Futuro. No merezo vivir. Ni una ni otra. Era de Mi Pobre Angelito. Estoy hecho mierda, sí.]

martes, enero 03, 2006

No lo releí

No me gusta que el Sol salga a las 5. Tendría que esperar un poco más. Si yo fuese Sol, ni me gastaría en despertarme temprano para ver todo lo que pasa acá. Esto que estoy escribiendo no tiene sentido pero de todas maneras quiero escribirlo. Lo que pasa es que no comprendo a los ventiladores. La lucidez no me acompaña y por eso no me siento triste y desdichado. Quisiera poder escribir varias oraciones consecutivas con algún tipo de coherencia racional entre ellas, pero me resulta más complicado que imaginar al cielo sin el Sol. Todos nacimos con el y moriremos cuando el desaparezca. Es el verdadero controlador del planeta. Las religiones con sus dioses clonados y los presidentes líderes bombarderos no tienen nada que hacer a su lado. Porque cuando se le ocurra y se aburra de nuestra insulsa existencia, se va a lanzar de cabeza al Atlántico y ahí si que me voy a reír. Ya no me interesará a que hora salga o cuando se esconda, no me voy a sentir (me reviento un grano del hombro) su aliado observador ni voy a persistir con mis ideas para que demore su emergente amanecer veraniego. El sólo hecho de pensar que el Sol se tira de clavado en el océano llena mi mente de ideas difusas y renovadoras. (Me rasco el culo y huelo, sí, lo hago) A partir de este impreciso instante temporal me doy la bienvenida a un nuevo año repleto de sorpresas acústicas, que no tienen nada que ver con la música desde una visión per sé del término, lo que quiero expresar es algo totalmente diferente y creo que la única manera de realizarlo es levántandome de esta silla de plástico roja y, después de ir a pillar al baño, mirar a las estrellas a las aristas, una por una, en un santiamén y prometerles que todo va a cambiar, y si no cumplo con mi promesa, están autorizadas de decirle al Sol lo que él ya sabe. En mi casa tengo una pileta chiquita. Uno entra.

domingo, enero 01, 2006

Txumari Alfaro

Sí uno le hiciera caso a todos los consejos de medicina casera que le propinan cuando surge un inconveniente de salud, creo que terminaría muchísimo más enfermo e intoxicado que antes de dicho problema. Algunos ejemplos prácticos:

-Para que no te duela más la cabeza, tenés que ponerte un vaso de agua fría en la cabeza, al revés, contar hasta cien y dar una vuelta a la manzana, vas a ver como te curás.
-Mirá, si querés ir bien de cuerpo, lo primero que tenés que hacer es plantar un árbol de ciruelas. Cuando crezca y esté bien fornido, lo talás y devorás todos sus frutos en ese mismo día.
-Haceme caso, no seas cabeza dura, andá a buscar las piedritas del baño de la gata, frotátelas en la nuca y se te van los piojos, santo remedio.
-Los ungüentos con lavandina y caladril son ideales para el acné. Probá eso durante una semana, mirate al espejo y después me contás, quedás hecho una pinturita.
-Vos juntá todas las cáscaras de maní que puedas, las metés en la licuadora con un poquito de leche y azúcar, después hacés gárgaras con eso y se te va la cagadera. No falla.

[y me quedo corto]