lunes, abril 11, 2005

Incandescencia fecal

Desde la primera vez que te vi,
cuando relucías como un rubí,
siento este monstruoso frenesí
que nunca jamás presentí.

Quiero comer brillantina. Morderla, masticarla, tragarla, vomitarla y volver a engullirla, que sus paradisíacos colores empalaguen mi estómago con la fuerza de un malón enfurecido de saltamontes en celo.
Deseo saborear el resplandor de aquellos átomos luminosos, estremecerme cuando sus partículas se transformen en lentejuelas hambrientas de belleza y culminen su pacto con mis jugos gástricos, pegoteándose deliciosamente en mis entrañas cual mariposa en el pétalo de una flor venenosa.

[un sorete humano mezclado con brillantina debe ser alucinante]

1 Comments:

At 4/14/2005 12:16 a. m., Anonymous Anónimo said...

POnele arena a un sandwich, cerrá los ojos y listo. Es como brillantina pero no brilla.

Es como la pizza pero sin queso, como el mar sin agua salada, como un libro sin letras, como un blog sin pavadas.

aLdY

 

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