domingo, junio 26, 2005

Garzo

Las preguntas, las respuestas, los átomos, los alaridos de los lobos, no me importa más nada. Yo sólo quiero ser una molécula de lluvia, porque aprendí que cuando caiga al piso voy a entrar en un círculo que se repetirá hasta que el Sol choque con la Tierra, que no sé cuando va a pasar pero sé que va a pasar. Seré río, cubito y luego volveré al cielo, como ángel resucitado, en forma de gas.
Y cuando esté llegando a la estratósfera, me voy a dar cuenta que las nubes ya no son lo que eran y que en realidad preferiría volver al río. Pero las nubes están tan pequeñitas que nunca chocan y yo me embolo esperando caer. Juego al tetris y paso el tiempo con el yo-yo, pero nada calma mi aburrimiento. Sería fenomenal destruir porcelanas.
Las estrellas seguro que son ovaladas, todas torcidas, asquerosas. No creo que tengan cinco puntas como usualmente las dibujamos desde que tenemos 6 años. Porque yo antes de esa edad no dibujaba estrellas, lo tenía prohibido. Un día vino el doctor, totalmente enfurecido porque mi mamá le mostró una cosita que había hecho en el jardín que probablemente era una estrella, pero bien chiquitita, ínfima. Pero quien le sacaba la idea de la cabeza al pelotudo del doctor, y entonces me llevaron al hospital, me abrieron la panza y encontraron que no me había comido toda las plastilina roja, solamente la azul. Parecían albondiguitas.
Lo único que me falta es ver gnomos. Nunca vi uno, pero creo que me darían tanto terror que mi corazón estallaría. Otra cosa que me da miedo es la ducha. Esos rayitos de agua cayendo desde arriba, son aterradores. De todos modos, después que me acostumbro al miedo atroz que me provocan, empiezo a imaginar estados cerebrales alejados a mi realidad. Ahí es cuando me siento como la Caperucita Roja, que para mí tendría que haber sido piquetera.
Dicen que nada escapa del sentido. Eso es absolutamente decepcionante y desolador. Me acuerdo que una vez remonté un barrilete, hay una foto que lo comprueba. No sé de qué color era. Creo que azul. Estoy harto.