La palabra prohibida

Si en esta tarde odiosamente calurosa, mientras miro a las nubes embobado, se me aparece un hada madrina de la lingüística y tuviese que pedirle que censure, destruya, borre una palabra de todos los diccionarios y los idiomas del universo, le diría esta: Utopía. ¿Mis motivos? Es la palabra más engañosa y pesimista que nuestros ojos leen y nuestros oídos escuchan. Jamás se cumplen las utopías, son deseos irrealizables, pero irrealizables de verdad. Por eso quiero que no exista más, porque nos hace creer que algo puede suceder cuando en realidad, detrás de su significado, esconde un NO más grande que un tiranosaurio rex.