sábado, junio 05, 2004

Triiiiiin. Tiririri. Noawlllllzzzz. Pzzzzzzlyyyyyyyiu. Pupipupipipupi.

Me tienen harto los ruiditos de los celulares. No los soporto más, repican en mis tímpanos e intestinos en los pasillos, aulas, baños, bares, escaleras y alrededores de la facultad. Recuerdo que el año pasado no sufría de tal irritación porque los teléfonos móviles no eran un bien común entre los estudiantes de este lugar. Parece que el verano fue movidito para los microchips, porque se reprodujeron cual hámster post-cuarentena e inseminaron artificialmente los deseos consumistas de los caminantes de este laberinto.
Sinceramente, yo imaginaba que las personas con las que comparto muchas horas semanales tenían un poder de resistencia superior a la fuerza magnética de las publicidades de las compañías telefónicas. Creía que el impacto del chiche del momento no iba a ser notorio detrás de las corroídas paredes de la facultad. Sin embargo, me topé con la ingrata novedad tecnológica frente a mis ojos, y en innumerables modelos, colores, diseños.
Dicen que son útiles, que tenés que comprarte uno porque son baratos, que uno nunca sabe cuando lo va a necesitar. Mis oídos hacen bolsillos vacíos a los consejos de los seres con abundante maquillaje y plástico, que se lucen impresos en los diarios o sonriendo en la TV. La principal barrera que me impide imaginarme con uno de esos telefonitos en mi mano es que no veo que se le den demasiados usos provechosos. Es más, ahora que lo pienso, es muy probable que los teléfonos públicos de Capital estén todos destruidos y hambrientos de tragar monedas porque las empresas saben que no les conviene arreglarlos, para no frenar el auge de los teléfonos impersonales. Porque las cabinas no escasean, el problema es que funcionan muy mal.
Si tenés un problema, te comunicás al toque”, afirman quienes son capaces de poner la opción de su celu en “vibrador" para autoestimularse. (Ya sé, me fui un poquito al carajo, pero es divertido). Aunque es verdad que acelera la comunicación, esta es una virtud demasiado aislada como para ser significante; la inmediatez no siempre es sinónimo de eficiencia, quienes son o padecen de eyaculadores precoces lo saben mejor que nadie. La utilización de los celulares es muy fácil de comparar con un orgasmo apurado, porque en ambos contextos se satisfacen necesidades de una manera efímera, sin contemplar las consecuencias que arrastra tal conducta.

5 verdades internas

_Para mí son todos iguales.
_Cada vez que suena un celular en clase, deseo maltratar a su dueño, obligándolo a desmenuzar e ingerir el aparato.
_No conozco a nadie que jamás haya tenido un problema con la compañía proveedora de servicios de teléfonos móviles.
_Es tremendamente aburrido escuchar una conversación acerca de esas cosas que nombré como mil veces acá.
_¿Alguien habrá llegado a leer hasta acá abajo? Te felicito si lo hiciste, pero es muy probable que todo lo que escribí haya sido una pérdida de tiempo innecesaria. Te aconsejo que te sientes por ahí, agarres algún apunte y estudies. Es mejor.

4 Comments:

At 6/11/2004 9:42 p. m., Anonymous Anónimo said...

Y cuando menos o esperás, alguien contesta tu ¿"post" se dice?
Yo tengo un celular. Confieso que lo odio, que cada vez que puedo y que mi mamá no me vé lo dejo en casa, cargándose en el baño y pongo la excusa de que me lo olvidé o que no tiene plata. Qué gran idea para tener a la gente bajo control.
Pero debo admitir que las vibraciones son placenteras...
->>>>CX

 
At 6/15/2004 5:38 p. m., Anonymous Anónimo said...

TRABAJO. LUNCH, ÚNICO MOMENTO EN EL QUE PODRÍA ESTAR ACÁ SIN MENCIONAR LOS CELULARES... Pero bueno, tu escrito me puede, me provoca.
Sabes que mi relación con esos aparetejos es de amor-odio. En este momento, podría decirte que no tengo la más mínima gana de escuchar sobre ellos. Sin embargo, cuando el mes termina y veo mi recibo de sueldo, me alegro de que existan. De que se rompan, de que los usuarios quieran cambiar los ringtones de sus teléfonos, de que se desarrollen nuevas tecnologías como la TDMA, CDMA, GSM, del bluetooth. Y miles de cosas más que no dejás que te cuente porque te aburren las conversaciones sobre celulares. ¡Sí, ya se que te aburre!
Bueno, Time to log in again.

Tm.

Miss Kahlonelyness

P.d.: Si me compro un celular, ¿No me vas a querer más?=/

 
At 6/26/2004 11:25 p. m., Anonymous Anónimo said...

Esteeeem... soy aLdY.

1ro. Todavia no lei todo el blog, recién lo descubrí. Pero mi ansiedad me permitió descubrir entre líneas que tenés ganas de hacer no sé qué cosa cerca de TU falcultad en PArque Centenario, que también es la mía. Y ahora me intrigaste, así que te voy a pedir más info.

Ufs.. lástima que tenés estos comments.. si no, te juro que te comentaba todos los posts, pero me da fiaca porque esto de Blogger es muy incomodo. Bue.. me voy a seguir leyendo... A ver.....

Ah, y y soy otra víctima de la epidemia celularística. Ingenua de mí que me creía original.. :p

 
At 11/19/2005 2:29 a. m., Blogger divannimolotov said...

yo tambien detesto los celulares
y me rio de la gente hablando sola,
las he visto en los pasillos.

ahhhhh tecnologia, por que no nos envias mas libros??? (antes de implementar ultramodernos manicomios)

su affmo. amigo
divannimolotov

 

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